Monday, October 13, 2014

Monday 21:36, October 13 2014

Es triste pensar que las personas comienzan como extraños, y terminan como extraños.


Una tarde de verano, el sol brillaba, los planes fluían.

Estábamos en tu auto, después de haberte ofrecido amablemente a ayudarme. Una ayuda que te costaría el corazón.

Tu gran corazón vulnerable, suave, demasiado fácil.

Nunca fue una ayuda desinteresada, tu buscabas algo, lo vi en tu sonrisa, lo vi en tu mirada al ver mi personalidad.

Yo, como siempre, actuando mi papel ya bien ensayado, callada, linda, intrigante. Provocante de emociones, una claramente siento el odio y otra, el repudio.

No te imaginabas que mi capacidad de hablar dos idiomas me dejaría también aprender a cantar, a todo pulmón, con todas las ganas y la pasión necesaria.

Era la canción de Romeo y Julieta. La música más popular, más radiante, más fuerte, la más significativa.

Que irónico.

Julieta; cantante, libre y ahogada.
Romeo; cantante, miedoso y extremadamente valiente.

Que mala mezcla de actores para una obra donde uno es caballo y el otro gorrión.

Sentiste mi calidez cuando perdí el miedo, cuando no me importó mas la vergüenza. Acéptame como soy, o no me aceptes, has lo que quieras, no busco ser tu amiga. No busco ser aceptada.

Bésame.

El viento corría en su flujo natural, forzado, rápido, fresco, furioso, enamorado. Gritaba adrenalina.

El sol brillaba fuerte sobre los dos, nuestros brazos libres, bailaban al ritmo de nuestro ánimo.
En ese momento, éramos los dos, enamorados y absolutamente desconocidos.
Uno de los mejores sentimientos en la vida. Y agradezco que me lo hayas dado tú.


Yo se que fue difícil, no fue distinto para mi.
No quisiera que nunca vuelvas a estar cerca mío, o a verme. Aunque se que aun me ves, y me ignoras, me odias.

Yo no te odio, y tampoco tengo vergüenza. Lo repetiría mil veces si tuviese la valiosa oportunidad de ser libre, y hermosa, eternamente ligada al aire, y volar alto.


Discúlpame. Sonríe.



No comments:

Post a Comment